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jueves, 30 de septiembre de 2010

Lo falso y lo verdadero en el proyecto de regalías

BOGOTÁ. Transcripción de la intervención del senador Jorge Enrique Robledo sobre el proyecto de ley de regalías.  Comisión Quinta del Senado reunida en Cartagena, 23 de septiembre de 2010.
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El Senador dijo:
Jorge Robledo
Senador
La Contraloría debe seguir analizando a la gran minería. Cerromatoso podría estar debiéndole a la nación 240 mil millones de pesos y en el pleito no cabe tribunal de arbitramento. Falso que haya bonanza petrolera. Falso que lo nacional sea lo honesto y lo territorial lo corrupto. Falso que a los no productores no les esté llegando plata. Falso que se le vaya a dar a ciencia y tecnología el 10% de los regalías. Falso sugerir que si se cambia la manera de distribuir las regalías, se acaba la pobreza. Verdadero el hecho medular: se va a expropiar a municipios y departamentos. Verdadero que les expropian no solo los derechos sino también la plata. Verdadero que el gobierno definirá también la ley reglamentaria. Verdadero que las regalías ni siquiera harán parte del presupuesto nacional. Verdadero que ya hoy el gobierno se está tomando las regalías municipales. La última desproporción: el gobierno también reglamentará el cambio constitucional. El gran secreto es que el gobierno nacional está medio quebrado y quiere financiarse con la plata de los municipios.

Antes de entrar en materia, un par de comentarios, uno de ellos dirigido de manera precisa a la señora contralora, la doctora Morelli. La Contraloría, en la administración anterior, hizo unos buenos trabajos de auditoría especial sobre la gran minería y mi llamado, y se lo voy a confirmar en una carta esta semana, es a que esa vigilancia se mantenga. Pienso que allí hubo hallazgos importantes, y es clave que se sigan profundizando. Ojalá no se desmonte ese equipo que ha venido trabajando. Entiendo que la administración anterior lo dejó medio desmontado. Destaco en especial que dentro de los hallazgos aparece que Cerromatoso le debe a la nación cerca de 23 mil millones de pesos por una mala liquidación, 23 mil millones que se pueden volver 230 ó 240 mil millones si se llevan a los años anteriores, como debe ser. Lo pongo como ejemplo del trabajo que se ha hecho de vigilancia de los recursos públicos y que es interesante mantener. Al mismo tiempo me permito decirles, señor ministro de Minas y señora contralora, para que le echen ojo, que Ingeominas ha venido funcionando terriblemente mal. Como Cerromatoso puso en entredicho las decisiones de la Contraloría, el gobierno del doctor Santos tomó la determinación de establecer un tribunal de arbitramento sobre esa plata. A mi juicio, el tribunal de arbitramento no cabe. Si uno lee cuidadosamente la ley, lo que tiene que hacer ahí Cerromatoso es pagar y se acabó el cuento. Y si quiere reclamar, debe hacerlo recurriendo a otro tipo de expedientes judiciales o administrativos o lo que sea, pero el tribunal de arbitramento no cabe. Sé que usted ya estaba retirándose, señora Contralora, y le agradezco que haya esperado estos dos minutos para escuchar mis comentarios, que le oficializaré esta semana por escrito. Lo otro es anunciar, y pienso que estamos de acuerdo todos en la Comisión Quinta, que le vamos a hacer un debate formal al caso de la Refinería de Cartagena sobre lo denunciado aquí por los dirigentes de la Unión Sindical Obrera.

Entrando en materia, digamos que este debate de las regalías es bastante más complejo de como ha querido ponerlo el gobierno nacional. No se trata de coger un peso y pasarlo para acá, como si a eso se refiriera simplemente la ley. Si de eso se tratara, no se necesitaría una reforma constitucional. Aquí lo que hay es un cambio de fondo, de enfoque, de concepción, en lo que tiene que ver con los derechos de los municipios y los departamentos y con el manejo de las regalías. Lo voy a explicar brevemente, aunque sé que el tiempo es escaso y mis compañeros de Comisión querrán también intervenir, además de otras personas.

La propaganda oficial se basa en falsedadesLo primero, es falso que haya bonanza petrolera. Nadie ha podido demostrar que vaya a haber bonanza petrolera. Y en ese sentido las cifras que nos da aquí el ministro de Minas para los próximos años son supuestos, mientras que las cifras de hoy están sobre las realidades. Se trata de supuestos que carecen de base material. Suponer que en Colombia va a aumentar la producción petrolera en los próximos años en un 40% y que los precios internacionales se van a mantener es un supuesto que no resiste análisis. Entonces no me parece aceptable que se comparen papayas con aguacates, algo que no debe hacerse en matemáticas, como los maestros nos lo enseñaron siendo niños.

Es inaceptable también que se quiera mostrar como corrupto e ineficiente lo municipal y lo departamental, y lo nacional como honrado y eficiente. No resulta cierto. Doy dos detalles mínimos para demostrar lo uno y lo otro. El zar anticorrupción dice que de la contratación pública nacional se pierden 4 billones de pesos al año. Y hay en el Fondo Nacional de Regalías, en este momento, un fondo que administra el gobierno nacional, más de 4 billones de pesos que por la ineficiencia, Planeación Nacional y el gobierno nacional no han sido ni siquiera capaces de gastar. Es decir, hoy en los municipios y departamentos de Colombia faltan platas que reposan en cuentas administradas por el gobierno nacional.

En tercer término, tampoco es cierto sugerir que toda la plata de las regalías les llega únicamente a los municipios y a los departamentos donde se producen los bienes mineros. Hoy una parte muy grande de esos recursos, el 40% de los del Fondo Nacional de Regalías, les están llegando ya a los municipios y a los departamentos no productores de petróleo o de carbón o de lo que sea. Luego no es cierto que hoy ninguna de esa plata les esté llegando a los municipios y a los departamentos de Colombia.

Es falso afirmar que se le va a dar el 10% de la plata de las regalías a ciencia y a tecnología. Aclaremos primero que ya una plata importante de regalías está llegando para esas funciones. Y también que lo que de verdad establece la norma es el 6%. Y por supuesto no es lo mismo el 6 que el 10 por ciento. Luego les hago un llamado al gobierno nacional y a los amigos de su política para que no insistan en dar una cifra que no se corresponde con los hechos. No me opongo por supuesto a que llegue plata para ciencia y tecnología. Lo que me parece inaceptable es que el tema se use como carnada para ocultar el anzuelo de los demás aspectos del proyecto. También es falso sugerir que con estos pesos de regalías para ciencia y tecnología va a haber en Colombia una revolución científica y tecnológica. No es serio ni siquiera insinuarlo, porque no resiste análisis. Ojalá no sigan, particularmente los ponentes, insistiendo en falsedades.

Como es falso también sugerir que si se cambia la manera de distribuir las regalías, se va a acabar la pobreza en la Costa Atlántica o en el Chocó o en otros sitios. No es verdad. Esos recursos ya hoy de una u otra manera están llegando a muchas partes, pero no son lo suficientemente grandes como se insinúa para decir que en Colombia se va a acabar la pobreza. Son afirmaciones que se hacen para sacar el debate de los asuntos medulares.

Se va a expropiar a municipios y departamentos

El primer hecho fundamental que se evade en la discusión es que mediante una reforma constitucional, porque se va a cambiar la Constitución del 91, se expropia a los municipios y a los departamentos de Colombia de los derechos que hoy tienen sobre las regalías. A los que hoy están recibiendo regalías y a los que el día de mañana encuentren en su jurisdicción recursos mineros o de hidrocarburos. Se vuelve importante tener en cuenta que lo que hoy les están haciendo a ciertos municipios y departamentos se lo podrán hacer mañana a todos. Y les expropian no solo los derechos sino también la plata, les expropian una parte sustancial de los recursos económicos a los que hoy tienen derecho municipios y departamentos y no el gobierno nacional. Hoy en la Constitución, el derecho es que ese gasto, provenga de regalías directas o indirectas, tiene que hacerse en los municipios y los departamentos y no para atender necesidades del gobierno nacional.

¿Cuál es entonces el cambio mayor? Que en adelante será el gobierno nacional el que decidirá sobre qué se va a hacer con estos recursos. Por eso el gobierno no solo cambia la redacción en la Constitución, sino que dice que la ley que “lo reglamentará” será de iniciativa del gobierno, como bien lo sabemos los senadores de la Comisión Quinta del Senado. E “iniciativa del gobierno” qué es lo que quiere decir: que la ley será como el gobierno nacional quiera que sea, con independencia de la opinión del Congreso de la República. Pero con un agravante: al proyecto de ley le añadieron en la madrugada de hoy un parágrafo que dice que mientras el Congreso legisla sobre los detalles del cambio constitucional, el que decide es el gobierno nacional. Luego lo que se está estableciendo es que mañana el gobierno nacional podrá hacer con la plata de las regalías lo que se le antoje, aun cuando no exista una ley reglamentaria.

Quiero llamar la atención sobre este punto con independencia de que uno pueda abrigar una u otra idea sobre si un peso va para acá o un peso para allá, y que los colombianos tengan presente lo que va a significar este cambio en la Constitución, un cambio que elimina casi cualquier idea de descentralización, cualquier idea de que municipios y departamentos decidan qué se deba hacer con unos determinados recursos. Va incluso más allá. Este acto legislativo establece que los recursos de regalías ni siquiera harán parte del presupuesto nacional. Luego su gasto no tendrá que ser autorizado ni por la Cámara ni por el Senado. Me pregunto: de qué separación de poderes se puede hablar en un país donde un gasto de este calibre no tiene que ser tramitado a través de la Cámara y del Senado. Quiero recordar que este tipo de democracias, hace 300 años, tuvo su origen en la necesidad de que el Congreso pudiera decidir sobre los ingresos y los gastos del Estado, un principio que aquí está siendo pisoteado, ni más ni menos.

Y desaparece el Fondo Nacional de Regalías, 4,3 billones de pesos pertenecientes hoy a los municipios y a los departamentos y que van a ser expropiados por el gobierno nacional para gastos que sean de su interés y de su resorte.

Si ustedes miran el proyecto, por todas partes aparece la palabra regional, regional, regional. Suena muy bien, y aquí se ha enfatizado la importancia de lo regional y de lo regional y de lo regional, pero ojo, lo que están reemplazando con la palabra regional es a municipios y a departamentos, que son entes reales, el municipio de Turbaco, o el departamento de Bolívar, sustituyéndolos por una cosa llamada “regional”. ¿Y qué es lo que llama regional el ordenamiento jurídico de hoy? Nadie lo sabe. Lo regional es a mi juicio otro nombre que se está utilizando en el proyecto para hacerle transferencias al gobierno nacional. El ministro de Hacienda nos habló un día de coger los recursos de las regalías para hacer el segundo Túnel de La Línea. El ministro Rodado nos acaba de hablar de hacer un tren que vaya desde Riohacha, entiendo, hasta Turbo o no sé hasta dónde. Yo no me opongo a obras grandes, pero la pregunta es: hoy la plata de las regalías va a gastos pequeños o relativamente pequeños en los municipios y departamentos, gastos que el ministro de Hacienda llama “chichigüeros”. Gastos “chichigüeros”, recordémoslo, es como llama un magnate el gasto de un pobre, que para el pobre es muy importante: vías terciarias, un acueducto en una vereda, una escuela en un municipio.

Y los dos ejemplos que estoy poniendo muestran cómo en lo que el gobierno está pensando es en utilizar los recursos de las regalías para gastos del orden nacional, y por eso necesitan cambiar la Constitución. Y entonces ya me imagino al gobierno, el día de mañana, expropiándole las regalías al municipio de Piedras, en el Tolima, mientras les dice a los piedrunos: señores, no se preocupen por sus regalías, porque el Túnel de La Línea les permitirá viajar al otro lado de la cordillera. Aquí entonces hay un debate, gentes de la Costa Caribe y de toda Colombia, en torno a si los municipios y los departamentos van a poder mantener un cierto nivel de gastos y una cierta descentralización o si los recursos los va a apropiar el gobierno nacional para grandes macroproyectos y grandes contratistas, por supuesto, porque eso también va involucrado en este asunto y hay que decirlo con franqueza: a los grandes proyectos, grandes contratistas.

Ya el gobierno se está tomando las regalíasYa hoy el gobierno nacional se está tomando los recursos de las regalías pertenecientes a municipios y departamentos: en el 2009, 240 mil millones de pesos; en el 2010 van hasta el momento 100 mil millones y en el proyecto de presupuesto aprobado ayer aparece que una parte grande del Fondo Nacional de Regalías, no dicen cuánto, deberá ir a gastos de salud, que no es otra cosa que dirigirle plata a la crisis de las EPS y de todo el sistema financiero de salud. Entonces aquí al final, colombianos, lo que hay es un debate de fondo, muy grande, en torno a si va a haber presupuesto para desarrollar la autonomía de las regiones, para desarrollar la descentralización administrativa, o si lo que se va es a seguir concentrando la plata en manos del gobierno nacional.

Cuál es aquí el secreto que nadie menciona. Que el gobierno nacional está medio quebrado. Hay un déficit muy grande de las finanzas nacional y el gobierno lo quiere tapar con este proyecto, disfrazando de gastos regionales lo que son necesidades nacionales. Es la realidad que hay detrás, una realidad que tampoco es nueva. El doctor Juan Manuel Santos era el ministro de Hacienda cuando el gobierno de Andrés Pastrana empezó a recortar las transferencias a los municipios y a los departamentos. En el 2007 volvió a haber otro recorte a las transferencias a los municipios y a los departamentos, porque lo cierto es que la economía nacional no funciona como debería ser y el gobierno nacional se ha convertido en una especie de aspiradora de todos los recursos de la sociedad colombiana.

Mencionó el ministro Rodado que quieren guardar la plata en el Fondo de Ahorro y Estabilización, un ahorro que, la verdad sea dicha, y él lo insinuó, no tiene que ver con la parábola de las vacas gordas y de las vacas flacas, sino que se quiere hacer para enfrentar en algo la revaluación del peso producto de dólares que lleguen del extranjero. Y por eso él decía que esos recursos se van a mantener en monedas extranjeras en el exterior. Entonces aterricemos esto un poco. Puedo aceptar que en un momento dado haya que esterilizar moneda extranjera para que el fenómeno de la revaluación no se agrave, pero, digamos, que si de lo que se trata es de eso, por qué el gobierno nacional no persigue los recursos del narcotráfico que valen 4 mil millones de dólares al año y que están entrando ante las barbas de las autoridades. O por qué no persigue el famoso carry trade, una forma de entrar a Colombia capitales especulativos. Por qué se persiguen los dineros buenos, que podrían ser los de las regalías, que nos hacen falta a los colombianos para promover el desarrollo, y no se persiguen los dineros malos del narcotráfico y de los especuladores financieros globales.

Lo afirmo es porque se trata de que esos dólares se queden en el exterior. Entiendo la lógica, pero les señalo unas cuantas inconsistencias. Decirle a un departamento o a un municipio empobrecido, lleno de necesidades, que no se puede gastar una plata de las regalías porque dizque le hace daño a la economía nacional, y estamos hablando es de la plata de la educación, de la salud, del empleo, de la comida de los colombianos, resulta medio absurdo. Aquí hay otro debate de fondo sobre lo que debe hacerse con el ahorro nacional. Decirle uno al hijo que no le da colegio porque se lo va a dar al nieto, también resulta bastante inconsistente. Decirle a una familia que hoy no se come porque se va a comer pasado mañana, todavía más. La verdad es que aquí no estamos en época de vacas gordas. Yo le pregunto al pueblo colombiano, a un pueblo de 20 millones de pobres, de cuáles vacas gordas estamos hablando. Vacas gordas las que tienen a los que de verdad les llega la plata, a los del negocio de Propilco, para poner un ejemplo, y ellos sí con toda lógica tienen que ahorrar. Pero en este caso, repito, este ahorro no resiste un análisis minucioso como el que estoy planteando, y más, repito, cuando hay 4 mil millones de dólares del narcotráfico, doctor Rodado, entrando al territorio nacional sin que ni este gobierno ni el anterior le hayan prestado atención.

El tema es mucho más complejo y no cabe en los términos simplones en los que lo ha querido presentar el gobierno nacional, para poner a pelear a unos pobres contra otros por los cuatro pesos del negocio de las regalías, en vez de subirles las regalías a las trasnacionales a fin de que las platas alcancen para todos. También hay que poner a las trasnacionales a pagar los impuestos que deberían, porque no lo están haciendo. Y sobre todo hay que auditarles las cuentas, porque cada vez que uno se asoma, descubre que en estos negocios con el capital extranjero se le está perdiendo plata a la nación colombiana.

Video: www.youtube.com/user/POLOMOIRTV

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